Diego Bonzi

Nacimos utópicas para el modelo; al tercer paso calientes, dando vuelta a la esquina un poco frías, pero nunca fuimos tibias. Nos mantenemos estacadas en el cemento hasta el prolapso forzado del corazón, con el switch de la barba trabado en ON, pero heroicas de tanta demanda, para que se nutran vía oral del deseo que emanamos olorosas, cochinas, exquisitas.

Seteadas para desandar los caminos de quien nos ose fusilar, porque también somos balas, balines, una bomba llena de subversivas perlas de puro plástico de cotillón, tenemos espaldas anchas para levantar féretros como estandarte. Estamos dispersas, segregadas por el tejido social, nos tensamos conjuntas con la fuerza de la necesidad.

Y esta noche, como todas las noches, Reliverán para las náuseas que hacen nido en el estómago con el poder de los preceptos.

Hay un idioma en cada marcha, un impulso primario, un pueblo empoderado, un pasito maricona, una pisada travesti. Me miro las manos, me seco alguna lágrima de emoción que brota danzante por la geografía empinada del cántico popular.

Ya no quiero entrar a los museos, le temo a la frivolidad que naturaliza el horror y ando buscando el arte en la calle, con ojos perdidos pero una mirada atenta, tengo clínica en los muros, me dan clases las pancartas, me hago un doctorado de charlas; intercambio justo, no necesito más.

Este mundo remodela mis esperanzas dando forma a la misantropía, con las mismas manos que oprime las libertades personales y tristemente es un buen escultor de los cuerpos. Así de fugaz se desliza viscoso un año más de abatimiento necroliberal, los jalones políticos parecen despellejar los días del calendario.

Seguiremos incorruptas sacando una teta a pasear por el barrio, con la artillería de afrodita, con el culo en alto, con la lengua lo más deconstruida posible, filosas, horizontales, no nos callamos más.

Diego Bonzi
Manifiesto Afrodita, 2017
Publicado por El Corán y el Termotanque, Rosario (portal web)

Diego Bonzi nació en Victoria, Entre Ríos, en 1988. Vive y trabaja en Rosario.
En una suerte de declaración autobiográfica, publicada en (Di)sentires. Antología poética LGBTTIQ, señala:
“Cuando la tierra se apelmaza le leo poesía de mi autoría y se pudre al toque. Así abono mi jardín para que crezcan las flores con las que escribo más poesías, de esa manera caigo en un error de redundancia cíclica del que no quiero salir”. [1]
En su trabajo, que abarca la escritura en un amplio espectro y la producción artística, expresa su creencia en la importancia de la marginalidad, postulando su ser maricona en función de la proyección de sí como cuerpo político.
“Creo que la pureza no existe y en nombre de ella se han desatado los principales males de la humanidad”. [2]
Su manifiesto “Afrodita” hecha luces sobre el despliegue panorámico de la LAHDMI, poniendo en evidencia la concepción ideológica del placer como capital colectivo, como fuerza disruptiva en un contexto socio-político abatido por el necroliberalismo.
En sus textos, el llamamiento al sudor se magnetiza bajo la mixtura de un somos variable, fundando un cóctel donde una “perla de puro plástico de cotillón” puede devenir “subversiva”.
www.diegobonzi.tumblr.com
Nancy Rojas
octubre de 2017

NOTAS

[1] Diego Bonzi, (Di)sentires. Antología poética LGBTTIQ, Rosario, Turba ediciones, 2016, p. 58.
[2] Diego Bonzi, op. cit.