La hipótesis del masturbador imbécil

Artistas: Gustavo Cabrera, Bruce LaBruce, Mauro Guzmán, Brian Kenny, Leo Peralta, Gorka Postigo, Verónica Uguet, Dani Umpi
Manifiestos: Diego Bonzi, Diego de Aduriz, Duen Sacchi y Magdalena de Santo
Artista invitada: Clara Miño
Diseño gráfico: Rafael Beltrán
Curaduría: Nancy Rojas
Inauguración: 6 de octubre de 2017
Cierre: 23 de octubre de 2017 (se extiende hasta noviembre)
Espacio: Laprida 627, Rosario, Argentina

La hipótesis del masturbador imbécil opera como una alegoría viciosa del mostrismo. Como una exposición que pretende activar el sentido de un conjunto de obras y manifiestos, los cuales ponen en escena la existencia paralela de un activismo disidente y de una nueva plataforma de mostración queer difundida desde el interior de la cultura mainstream.
Considerando que la radicalidad del arte no se encuentra en las instituciones sino en la construcción de ficciones, LAHDMI, que cuenta con artistas de distintas nacionalidades y situaciones generacionales, se despliega sobre el fantasma de cierta cartografía erotizante, tropi-camp y pos-pornográfica, dentro de una casa. Construye un itinerario dispuesto a ficcionalizar un diálogo mutante y diacrónico, a través del tráfico de las imágenes y palabras de Diego Bonzi, Gustavo Cabrera, Diego de Aduriz, Bruce LaBruce, Mauro Guzmán, Brian Kenny, Leo Peralta, Gorka Postigo, Duen Sacchi, Magdalena de Santo, Verónica Uguet y Dani Umpi.
Discursivamente, este ensayo recupera el sentido de lo que metafóricamente Paul B. Preciado llamó La hipótesis del masturbador imbécil, para señalar la inscripción acrítica que tiene la pornografía, cuando es pensada como un código cerrado y repetitivo. Como si escribiera un manifiesto, y a expensas de recuperar en sus prácticas el porno, los dildos, la cultura BDSM, las estéticas butch/femme y drag King y el post-porno, Preciado advierte que quizás “haya llegado la hora de formular una ecología política general de la cultura interesada en re-evaluar la producción, la definición y el reciclaje de sus detritos culturales, así como de apostar por una posible revolución de objetos sexuales y masturbadores imbéciles, capaces de convertirse en productores subversivos y usuarios críticos de la pornografía”.(1)
En efecto, en el marco de la realización de la Marcha del Orgullo LGBTI en Rosario y como antesala del proyecto Simposio Peluca, esta hipótesis formula un desvío posible para la activación de un pensamiento crítico en favor de la masturbación de los imbéciles, como figura y como palimpsesto político, estéticamente cursi y tendencioso. Como brújula que al día de hoy sigue marcando la hegemonía de códigos cómplices de la normalización del héteropatriarcado y de las tecnologías de género.
Este proyecto es posible gracias a la cortesía de La Fresh Gallery y del Festival Asterisco.
Cuenta con el apoyo de Espacio Santafesino.


NOTAS

(1) Paul B. Preciado, “Museo, basura urbana y pornografía”, en: Posmuseo, Buenos Aires, Malba, 2017, p. 45.